jueves, 5 de noviembre de 2009

Buitres

Anidando entre farolas estan los buitres. Invisibles vigilan tu paso por las aceras desnudas. El mundo es de carne y hueso. Y los relojes cuelgan de los picos de las aves. No hay silencios que no digan palabras no inventadas. No hay palabras que no callen. Y la acera, humana, palpita y suda a tu paso. Tu sonries lentamente, mientras el frío te entumece. No tiene sentido tanto palabra que no dice nada, no tiene sentido tanto retazo, tanto fragmento, tanto trozo. Pero al igual que Nazca, en la distancia de la altura, la araña de grandes patas toma sentido. Un sentido incomprensible. Y sigues tu paso ciego, inundado de pensamientos, que rebosan y caen al suelo. Mientras, un revoloteo, te cubre, te adormece.

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