martes, 10 de noviembre de 2009

Apoyo

Un buen día, tienes que elegir, y como siempre ocurre con las elecciones, no son caminos asfaltados frente a veredas por desbrozar. La duda es compañera del miedo y vienen de la mano, dejandote sentado muchas veces en los cruces de camino, o volviendote a llevar por los pasos que te trajeron a la encrucijada. Asi que el camino que andabas se convierte en una carcel de cristal, a base de andarlo de arriba a abajo, sin querer llegar hasta el fondo donde se esconde, cercano, el cruce de caminos. Y vuelves sobre tus pasos que con el agua caida del cielo se han convertido en un pegajoso barro que te dificulta tu caminar.

Hay momentos en que necesitas la mano en tu espalda, el gesto en tu mirada, el abrazo en tu interior. Hay momentos en el que una mirada de apoyo es un impulso al espacio exterior, una palabra de aliento es una hoguera en medio de Alaska. Hay momentos de inflexión, y el funambulista se balancea sobre la cuerda floja de un lado a otro, ante el gesto asustado y distante del público. En esos momentos hay quien anima al equilibrista, quien le aplaude, quien le apoya. Esos son los que valen. En mi doble vida de funambulista por la cuerda floja de esta vida soy un afortunado. Pues si cientos de miradas distantes contemplan mi caminar, otro numero valeroso lo aplaude, lo cuida y lo alienta. Ellos son los que me hacen caminar hacia la encrucijada, los que me hacen tomar el camino, los que me hacen buscar, porque sé, que haga lo que haga, elija lo que elija, ellos, caminarán junto a mi, sea el camino empedrado o pendiente, rugoso o embarrado, seco o mojado.

Ellos saben quienes son. Yo también lo se. A todos, gracias. A veces el unico bastón para caminar son los seres que te quieren.

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