Vacio

La vida es como el agua que fluye por las manos. Te moja pero no te cala. Nunca te empaparas los huesos con agua, ni salvaras la distancia que dejan las células de tus manos con las células de las manos que finges tocar. Entre medias, un vasto espacio de energía y electrones no materiales os separan. Lo mismo ocurre con la vida. Juegas a agarrarla, a vivirla, a tocarla, a sentirla...y se escapa. Nada es trascendente, todo es un simulacro, un vacio, por eso todo es tan poco importante, tan poco decisivo, tan perecedero, tan fugaz. Los pequeños detalles son tan eternos como los grandes, como nuestra pequeña existencia entre dinosaurios y ordenadores. Pequeños granitos de lodo en un cataclismo sideral.

FELICIDAD

Noticias;

Los centros comerciales y las franquicias abrirán toda la vida sin descanso, ni cierre, ni pausa, para que podamos comprar eternamente, a cualquier hora, en cualquier momento cualquier cosa.

Besando la lona

Ese es el titulo del libro de D. Cesar Strawberry. Directo, ácido, irónico, mordaz, una jodida bala a la cabeza. Un libro visceral escrito sin rodeos en un estilo claro y contundente. El reflejo de esta sociedad decadente, individualista y envilecida por el consumo y el dinero es retratado a través de la vida del protagonista que tras unos años de éxito como productor cinematográfico besa la lona cayendo en picado ante la hipocresia de los "amigos", el despiadado mundo laboral, y la incomunicación familiar.

Duro y a la encia, como dice el titulo de una canción del mundo Def. Solo contra el mundo, el protagonista vive una caída y lucha dando golpes al aire, porque como ocurre siempre no tenemos muy claro quien es el enemigo y menos claro donde esta. En medio, las pequeñas victorias cotidianas que son una bombona de oxigeno en este mundo chungo.

Un librazo. Te ríes con ganas, te cabreas con ganas, y asientes con ganas. Tirar de la manta y ver que debajo solo hay mierda y que no somos capaces de hacer nada por cambiarlo.

Logros

Descubrir que se puede vivir de otra forma es la ostia. Dejar plantado a un jefe del opus dei no tiene precio. Mira tú, tanto tiempo estudiando una carrera, tanto esfuerzo para sacarla, tanto trabajo para acabar el proyecto, luego hacer las practicas de empresa, pasar de peón a encargado, de encargado a jefe de obra, para al final tras todas esas peripecias convertirme en el gerente de una empresa. Yo, iluso de mi, pensé que el punto álgido de mi carrera estaba ahí.

Pero estaba equivocado, el punto álgido de mi carrera esta en el momento en el que lo mande a tomar por culo. Tal vez tenga que empezar de nuevo, tal vez...pero de momento soy tan feliz con este nuevo logro, estando en el cenit de mi vida profesional.

Aquí y ahora

¿Cuanto presente es para el futuro?, ¿cuanto presente es para el pasado?, ¿cuanto presente es para los que no están?, ¿para lo que no ocurre?, ¿para lo que deseas?, ¿para lo que temes?, ¿cuanto presente le dejas al presente?.

El lamento del perezoso

Libro de Sam Savage, que solo ver su foto de contraportada sabemos que es peculiar:

A través de un ser particularmente patético se nos muestran nuestras debilidades, deseos, emociones y sueños que pese a parecer utópicos pueblan nuestros días. El protagonista de la historia, dibujado mediante todos sus escritos crea un melancólico, irónico e idealista retrato de su vida. Una vida sumida en una dura realidad y en unos sueños que tratan de vencerla. La soledad, la ilusión, la autocomplacencia, la imaginación llevada a un extremo paródico para mostrarnos tal y como somos en la intimidad, o sea, en la realidad. Somos los reflejos de un pobre loco.

Las pequeñas luchas cotidianas contra la vida que se tuerce y nuestros maquillajes para enderezarla.

El lamento del perezoso que surca las calles de la ciudad silencioso sin que nadie parezca escucharlo.