Tardaron 4 meses en darse cuenta de Rufo no era un perro. Le trataban como un perro. Le daban de comer como a un perro, incluso el sargento le había "bautizado" con un nombre de perro.
Ellos habían sido entrenados para tratarlos como a animales. Habían sido adiestrados para golpearlos como a animales. Rufo era uno mas. Toby, Rex, Luna, Bull...apodos jocosos con los que indentificarlos en sus celdas de esa perrera municipal.
Pero aquel día fue diferente para Samuel. Hacía su ronda con la porra en mano arrastrando la mesa camilla con la picana , pasando de uno a otro en busca de respuestas a preguntas que ya se le habían olvidado.
-Hola Rufo, ¿hoy estas dispuesto a ladrar?- se acerco al bulto de huesos y pieles que se acurrucuba sobre la esquina de la celda, alzo su porra en un rápido movimiento que sus pies siguieron erráticamente resbalando sobre el humedo suelo. Su cabeza golpeo instantáneamente el suelo dando una especie de campanada que precedió al silencio.
No supo cuanto tiempo paso hasta que sus ojos se abrieron en estado de alerta, solo que vio la mano temblorosa de Rufo tendida hacía el, su mirada cubierta de sangre seca ofreciendole ayuda para ponerse en pie.
Desde ese día supo que Rufo no era un perro. Y desde ese día empezó a dudar sobre que clase de animal era el.
Te dan la frase en cursiva para que hagas un cuento
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