lunes, 22 de febrero de 2010

La Creación

Soñé una gran obra de arte. El frío de la almohada provocado por mi sudor o por la abierta ventana me despertó. La obra estaba en mi cabeza, una perfecta bola esférica maciza. Era una obra de arte sonora, literaria, artística, performance. La veía perfectamente en mi mente, como una iluminación, y todo era esa esfera, la cama, el agua, la lampara. Ansioso, me puse manos a la obra, trabajé durante horas perdiendo la sagrada conciencia del tiempo hasta acabarla. La miré. Me gustaba. Pero tal vez estaba algo achatada en uno de sus polos. La guarde en un cajón y me sumergí en la vida.

Tras una hora volví a por ella con su recuerdo en mi mente, la saqué con cuidado y la deposite entre mis manos, era practicamente un ovoide, algo alejado de la esfera que arrastraba en mi mente. La miré, la giré, definitivamente era ovoide, no se, tal vez, bueno, en el fondo estaba bien.

Pasaron los meses y tras la llamada del Instituto seleccionaba mis obras para la exposición, del cajón salio la esfera artística, y tras mirarla, incrédulo, me di cuenta que no la reconocía, que lo que había hecho era un..¡¡maldito huevo¡¡.

No hay comentarios:

Publicar un comentario