domingo, 21 de febrero de 2010

Daños colaterales

Todos somos especiales. Y todos somos diferentes. Y todos somos extraños. Pero a parte de los tópicos, los raros se mueven entre lo cotidiano con cierta especialidad. Los raros tienen un aura que les hace llamativos, diferentes. Un punto de no adaptación al medio, unos conejos albinos, jirafas de cuello corto, leones sin garras. Y eso les hace raros, pero atractivos. Diferentes. Pero el precio a pagar por su inadaptación es alto, los daños colaterales de su luminosidad los sufren en sus vidas cotidianas plagadas de retos insignificantes para el resto de los mortales. Sufren con agonía en escenas que el resto llama normales. Porque ¿que es la normalidad sino la norma imperante?. Tal vez en otros mundos, regidos por otras normas sería los mas adaptados. O tal vez no, tal vez están condenados a ser raros y transmigrar de una especie a otra, de un mundo a otro, arrastrando su diferencia. Supongo que todos somos un poquito raros.
O no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario