Solo, entre los rincones del miedo, pienso que no tengo remordimientos, y la falta de culpabilidad me hace libre en esta vida efimera. Las convenciones son solo carceles de espiritu me digo entre lamentos y sollozos. No puedo volver a verme como ayer, aseguro todos los dias. Que el daño sea leve, que la caida sea suave, que el aterrizaje no nos deje sin maquina.
En los pocos días libres de lastres las decisiones suelen ser claras y acertadas, si la caída se produce que la herida sea límpia, y cicatrizará con el apredizaje de lo vivido.
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