Comenzaste el combate desde la lona
y mientras los dedos borrosos contaban diez
tu escupías una mezcla de sangre y dientes.
El tambor tenia seis balas y sus cinco caras
te miraban aliviadas la pistola en la sien.
La persiana solo te dejaba ver un traje negro
un maletín negro, dentro un hedor a whisky lo llenaba todo.
Encontrarla fue duro pero mereció la pena
pensabas en el día de su boda.
Sonreía mientras explicaba como usar esa mascarilla
en caso de accidente o colisión.
Abriste la carta y reconociste en el acto tu propia letra
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