En el país de los inmortales todo el mundo vivía al segundo. El instante era lo fundamental de una sociedad en la que no importaba el futuro. Ni las campañas educativas, ni las promociones publicitarias convencían a la población de la eternidad de sus vidas. Y de esta forma vivían cada instante como si fuese el ultimo. Se amaba al borde de la muerte. Se lloraba al filo del suicidio. Cada suceso apasionaba como si no fuesen a acontecer mas, cada injusticia indignaba como si fuese la definitiva, cada lucha ardía como si fuese la final. Creyendo que sus vidas terminarian algún día se agarraban al momento con toda su pasión. Y así fue hasta la eternidad.
"Morir es hereditario"
si vivir es disfrutar en el camino y lloraremos la muerte ( de los demás ) por desgracía, soñémos con el momento que no lo conocemos y pensamos que es monótono; y aúnque la historia se repita yo invento la mía.
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